Por aquel momento los vecinos de Montealegre sostuvieron constantemente pleitos contra el Señorío jurisdiccional o territorial, haciendo valer sus derechos a los señores y perdiendo siempre aquéllos los pleitos sostenidos.

Los derechos del señor de Montealegre eran la elección y nombramiento de la Justicia y Ayuntamiento dela villa, el cobro del Onceno y la propiedad del suelo, entre otros. Aprovechando que en 1809 España se encontraba en guerra contra las tropas invasoras de Napoleón, los vecinos de Montealegre, el 2 de enero, víspera del nombramiento de nueva Justicia y Ayuntamiento, se sublevaron y eligieron una llamada Junta de Gobierno que hizo dimitir a la anterior y nombró por sí misma nueva Justicia y Ayuntamiento. A partir de aquí ya no hubo paz entre los señores y los vecinos. El 6 de agosto de 1811 las Cortes abolieron los señoríos jurisdiccionales, favoreciendo así las constantes aspiraciones de los vecinos de Montealegre, que acudieron a la Audiencia de Cartagena y ésta envió a la villa un Juez de Realengo que, en Cabildo abierto y por votación de los vecinos, eligió veinticuatro vocales que nombraron a los concejales y éstos a los alcaldes. Hubo nuevos incidentes entre el Ayuntamiento de Montealegre y la señora, en ausencia de su marido, al incautarse aquél en 18212, de hecho y de derecho, de los bienes y rentas del señor de la villa. Elegido Alcalde Constitucional Villaescusa en enero de 1814, quemó en la plaza pública todos los papeles que existieran en Montealegre del señor de la villa.

Volvió a ocupar este año el trono Fernando VII que anuló la Constitución de1812. Por considerar Montealegre una desgracia la vuelta de este rey y la abolición de la Constitución, vistieron los vecinos luto hasta el punto que el alcalde llevó la vara negra. Aún continuaron varios años las luchas de los vecinos con sus señores, reteniendo las rentas y el producto de las fincas, perdiendo éstos la jurisdicción al ser abolidos los señoríos jurisdiccionales e implantarse el régimen constitucional, pasando Montealegre a ser un Término Municipal, en la nueva división política de España.

Todavía sostuvieron varios pleitos los señores de la villa, hasta encargarse de los bienes de los Condes de Montealegre, en este término, como Administrador y Apoderado, don José Bernabeu e Ibáñez, muy amante de Montealegre y de la justicia, quién apaciguó toda la discordia. Respetando los derechos del legítimo dueño del Término, se interesó enormemente por el pueblo al que dejó redimido de la carga del Onceno por una pequeña cantidad, viéndose sus vecinos dueños absolutos del terreno. Fue el Marqués de Villafuerte el último señor de Montealegre quien, con la ayuda de José Bernabeu enajenó el Onceno en beneficio de la villa. El pueblo, agradecido, puso el nombre de cada uno de estos señores a dos céntricas calles de la villa.