Llano de la ConsolaciónShow GalleryEl Llano de la Consolación (VI-IV aC) está situado a 2 Km. de Montealegre, en la carretera que une este núcleo urbano y Fuente Álamo. Antes de la ermita de Nuestra Señora de la Consolación hay un pequeño desvío a la izquierda que da a un camino vecinal (camino de la Higuera). A la derecha de este camino se encuentra el yacimiento

Como ocurre en el cercano Santuario del Cerro de los Santos, no queda nada visible en el lugar de la necrópolis ibérica del Llano de la Consolación. La visita del lugar tiene interés, especialmente, por la importancia del lugar en la historia de la arqueología ibérica. El poblado origen de la necrópolis no ha sido localizado.

Las primeras noticias del yacimiento aparecen en 1778, en relación con el descubrimiento de sepulturas en el lugar. En 1880, el escolapio Padre Lasalde describe el hallazgo de cerámicas y restos de esculturas. En 1891 P. Serrano, Maestro de Bonete identifica restos de un muro de probable origen romano, iniciando algunas prospecciones en que participa Pierre Paris (con Engel a la izquierda, archivos Jerome Blanc), que adquiere algunos materiales para el Museo del Louvre, como cabeza masculina, y cabeza con casco. Desde esa época ha habido una cierta confusión con los materiales del Cerro de los Santos y algunas de las piezas escultóricas depositadas en el MAN y en el museo arqueológico de Murcia como del Cerro de los Santos, procederían en realidad del Llano de la Consolación. 

Zuazo realizó excavaciones cuyos resultados fueron publicados en 1915 y 1916. En 1941 se produce el regreso a España, de numerosas piezas arqueológicas entre las que se encuentran materiales procedentes del Llano de la Consolación. Desgraciadamente, el sátiro itifálico,  figurilla de bronce hallada en 1870, permanece en el Louvre a pesar de estar prevista su devolución. Esta pieza se atribuye a un taller griego, con una cronología de 550-500 aC.

En 1946 inicia nuevas excavaciones J. Sánchez Jiménez, que permiten datar la necrópolis en torno al siglo IV aC. Estudios posteriores de algunos fragmentos escultóricos sugieren una cronología no inferior al s. VI aC. Esta necrópolis, asociada con frecuencia al Cerro de los Santos, presenta por lo tanto una cronología anterior a este yacimiento.